Percy Jackson Y El Ladron del Rayo
Título V.O.: Percy Jackson&the Olympians
Año de producción: 2009
Distribuidora: Hispanofoxfilm
Género: Aventuras
Clasificación: No recomendado menores de 7 años
Estreno: 19 de febrero de 2010
Director: Chris Columbus
Guión: Craig Titley
Música: Christophe Beck
Fotografía: Stephen Goldblatt
Intérpretes: Uma Thurman (Medusa), Catherine Keener (Sally Jackson), Pierce Brosnan (Quirón), Rosario Dawson (Perséfone), Kevin McKidd (Poseidón), Sean Bean (Zeus), Logan Lerman (Percy Jackson)
Sinopsis
Percy Jackson tiene problemas en el instituto, pero su odisea comienza cuando descubre que su padre es el mismísimo Poseidón. Por si eso fuera poco, Zeus acusa al joven de robarle su famoso rayo, así que Percy decide tomar conciencia de su semidivinidad y empieza a entrenar sus poderes junto a Annabeth, la hija de la diosa Athenea, y Grover, un valiente sátiro. Los tres tendrán que viajar desde el Monte Olimpo a los fuegos del Averno para salvar al mundo y liberar a la cautiva madre de Percy.
"El Ladrón del Rayo", primero de los libros de la exitosa saga literaria para jóvenes escrita por el ex-profesor de mitología griega Rick Riordan ya tiene su versión cinematográfica. "Percy Jackson y el ladrón del rayo" nos presenta a un adolescente del siglo XXI que se ve envuelto en una aventura legendaria entre dioses para salvar al mundo y a su propia familia. Dirigida por Chris Columbus, que ya adaptó al cine las dos primeras entregas del niño mago "Harry Potter", la película es un gran despliegue de efectos visuales, situando el Monte Olimpo en el cielo de Nueva York y el Averno a los pies de Hollywood.
Logan Lerman (El número 23) encarna al heroico protagonista, algo más mayor de lo que describía la novela. Sus compañeros de semidivinidad son Brandon T. Jackson (Tropic Thunder) y Alexandra Daddario (The Babysitters), mientras que Pierce Brosnan da vida al centauro que instruye a los jóvenes en sus poderes. Entre dioses y demás criaturas épicas destaca la labor de Uma Thurman encarnando a Medusa, Rosario Dawson, como Perséfone, o Steve Coogan, en el papel de Hades. También intervienen Catherine Keener (El solista), Sean Bean (Fuera de control) y Kevin McKidd (La última legión).
Crítica
Rick Riordan es un señor muy listo, como múltiples Christopher Paolinis sueltos habidos y por haber, con habilidad incontestable para lucrarse del sucedáneo, del objeto semirobado y de la fotocopia, con comas cambiadas, de un libro ajeno que a la postre ha sido el secreto de su éxito. Ignoro si Riordan ya le ha expresado a J.K. Rowling la impagable deuda moral y litearia contraída, por haberse puesto avispadamente a sus pies recogiendo las migas de lo que aquella iba dejando por ahí desperdigado entre las sobras del fenómeno Harry Potter. "Percy Jackson y el ladrón del rayo" es un refrito del refrito; un indisimulado clon oportunista de una saga que, ya de por sí, no tenía demasiado de nuevo.
El Percy en cuestión es un émulo yankee del niño mago, también criado en el seno de una familia disfuncional con presencias extrañas, que arrastra la herencia prodigiosa de un padre difunto que, un buen día, sale a la luz llegado el momento y una serie de señores con superpoderes llegan a su vida a ponerle en conocimiento de lo especialísimo que es. Acto seguido Percy pide plaza en Hogwarts pero no se la dan, y se conforma con una escuela, también ubicada en una dimensión paralela, donde son educados chavales con dones extraordinarios que resultan ser hijos de los dioses del Olimpo. Lo único que ha hecho Riordan es cambiar magos de sombrero en pico por inquilinos de la mitología griega, pertinentemente reinventados y sacados de su contexto para el consumo de la chavalería estadounidense. Tampoco se esfuerza más de lo necesario de ahí en adelante.
Potter cede terreno y Riordan comienza a copiar a Tolkien cambiando anillos por canicas y Mordor por el Hades. Entre medias deslices de literatura/cine adolescente de segunda, siempre a la sombra de otros con argumentos mucho más sólidos, trazando un demencial panorama divino-mitológico que, de puro absurdo, no vale ni como introducción didáctica para los chavales en el fascinante universo de la cultura clásica. En la película hay dinero invertido, se han gastado los cuartos y hay efectos visuales muy conseguidos; pero debajo de la virguería digital se oculta una cinta de aventuras juveniles tosca y previsible, de humorismo torpe y romanticismo de cajón y ramalazos de cutrerío narrativo dignas de un severo tirón de orejas.
Chris Columbus se pasa de Potter a Percy Jackson para avalar la primera película de la presumible saga; pero el libreto es francamente flojo, y ante eso no hay director capaz de obrar milagros. En USA le han dado la bienvenida de fantástico adolescente mediocre, de Eragon de turno y basta. Difícilmente cuajará la franquicia y es que ¿para qué comprar imitaciones pudiendo consumir el original? El cupo de cine juvenil mágico respetable lo copan Potter y los Pevensie de Narnia. Percy Jackson es un hermano feo y bajito; y sus aventuras titánicas de un mecánico espantoso.

